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Sinprocultca
La autonomía universitaria, en esencia, trata de la gestión y administración como forma de contrarrestar la injerencia del poder político, pues ella debe responder de manera plural a la sociedad toda, dando cabida a la pluralidad del pensamiento. Entre las opciones para el ejercicio de la autonomía se incluye la libre elección de sus autoridades, el darse sus propias normas y otras anchuras.
Aunque la autonomía universitaria resulta en un principio reconocido a principios del siglo XIX, en Venezuela es registrada en la ley de Universidades de 1958, estableciendo, además, la inviolabilidad de sus recintos por órganos de seguridad del estado, asunto recogido en el Art. 109 constitucional que textualmente dispone:
El Estado reconocerá la autonomía universitaria como principio y jerarquía que permite a los profesores, profesoras, estudiantes, egresados y egresadas de su comunidad dedicarse a la búsqueda del conocimiento a través de la investigación científica, humanística y tecnológica, para beneficio espiritual y material de la Nación. Las universidades autónomas se darán sus normas de gobierno, funcionamiento y la administración eficiente de su patrimonio bajo el control y vigilancia que a tales efectos establezca la ley. Se consagra la autonomía universitaria para planificar, organizar, elaborar y actualizar los programas de investigación, docencia y extensión. Se establece la inviolabilidad del recinto universitario. Las universidades nacionales experimentales alcanzarán su autonomía de conformidad con la ley.
En el caso de los recién transformados colegio e institutos universitarios en universidades politécnicas territoriales [UPT], circunscritas a zonas de influencias, poseen el carácter de universidad experimental, sin embargo, su organización y funcionamiento está supeditado a la reglamentación que haga el ministerio, a pesar de corresponderle desarrollar un nuevo modelo de gestión, en el que la participación resulta en eje transversal.
No obstante, las universidades autónomas, así como las UPT -no autónomas-, demandan a los fines de su gestión, una gerencia universitaria que responsa a los retos que la sociedad hoy plantea, al tiempo de responder a los principios de honestidad, participación, celeridad, eficacia, eficiencia, transparencia, rendición de cuentas y responsabilidad en el ejercicio, tal como lo enuncia el Art. 141 constitucional y otros dispositivos legales.
Lastimosamente para el caso de la UPT de los Altos Mirandinos "Cecilio Acosta" [UPTAMCA], la designada gerencia universitaria, no solo no cumple con lo antes enunciado, sino muy por el contrario, su gestión muestra un saldo en contravía a los principios gerenciales y de gestión, lo mismo que atentan contra toda forma autonómica y participativa, llegando hasta a propiciar, dada su incapacidad, la entrega a cuerpo paramilitares la custodia de la institución, así como el inmiscuirse en la organización de los trabajadores violentando principios como el de pureza que consagra la Ley del Trabajo vigente [LOTTT].
En su lacerante periplo, la gerencia de la UPTAMCA además de lucir un total abandono de la academia, la investigación y la extensión, que se palpa el deterioro de la infraestructura y la falta de dotación, tienen en su haber un alto índice de robos y otras fechorías, el enrarecimiento del ecosistema universitario, la inobservancia de las leyes laborales y las convenciones colectivas, propiciando el conflicto y hasta el enfrentamiento en la clase trabajadora. Un ejemplo de la incapacidad gerencial y falta a toda noción se pudo constatar cuando el jueves 15 de noviembre, la rectora territorial pretendió la incorporación de la milicia en la custodia de la institución en reemplazo a los trabajadores de vigilancia, a quienes pretende inculpar por los robos a esta casa de estudios, a pesar que estos compañeros trabajadores, no poseen la mínimas condiciones para cumplir sus labores de vigilancia, con lo cual, esta administración demostró su desprecio por la autonomía universitaria, lo mismo que por la participación de los miembros de la comunidad.
Afortunadamente los trabajadores, por encima de cualquier otra consideración o diferencia política partidista, se le plantaron como un solo hombre y una sola mujer para defender la institución, sus labores y hacer respetar la convención colectiva, comportamiento ejemplar que debe ser respaldado por toda la comunidad universitaria, al tiempo de servir de modelo de organización de trabajadores y estudiantes en defensa de una institución moderna que responda a los retos que la sociedad venezolana nos exige.
Desde este espació SINPROCULTCA desea manifestar:
1º Nuestros rechazo a una gestión que reniega la condición universitaria y promueve la intervención militar en las instituciones de educación superior.
2º Nuestro rechazo a esta nefasta gerencia universitaria de la UPTAMCA y su incompetente proceder.
3º Exigir a las autoridades ministeriales asuman el rol que como tal les corresponde y deslindarse de estas nefastas autoridades, lo cual deben hacer mediante su inmediata desincorporación y designar, con los UPTAMQUISTAS, un nuevo equipo rectoral.
4º Reconocer, felicitar y respaldar, en su justo y proporcionar actuar, a los compañeros trabajadores encargados de la custodia de nuestra institución ante esta u otras pretensiones violatorias de la autonomía universitaria y el pretendido desconocimiento de la convención colectiva vigente.
5º Hacer un llamado a la comunidad universitaria, en especial a los docentes y estudiantes, para que juntos asumamos la defensa de la universidad y no seguir permitiendo, con nuestro silencio cómplice, la desnaturalización y destrucción de esta casa de estudios.
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