El contrato, en esencia,
constituye un convenio mediante el cual, quienes lo acuerdan se comprometen a
su cabal cumplimiento, lo que es tal, en el caso de la convención colectiva,
como se dispone en el encabezado del Art. 432 de la vigente Ley Orgánica del
Trabajo, los Trabajadores y Trabajadoras (LOTTT-2012) cuando dispone que:
"Las estipulaciones de la convención colectiva de trabajo se convierte en
cláusulas obligatorias (…)", disposición esta que se recoge al final del
2º numeral de la cláusula No 1 Definiciones de la II Convención Colectiva Única
de Trabajadoras y Trabajadores del Sector Universitario (IICCU) donde se
consagra: "(…) Esta Convención Colectiva Única debe ser de estricto
cumplimiento y aplicación por las instituciones de Educación
Universitaria." Entiéndase en el caso de la UPTAMCA al cuerpo rectoral y
de manera específica al rector (e).
Y es precisamente el rector
(e), Prof. Harold Albornoz Torrealba, el inspirador de este escrito, pues en
entrevista dada a la periodista Daxy Oropeza en el programa: Gente de Hoy, realizó varias aseveraciones respecto de las
condiciones y medio ambiente de trabajo en la UPTAMCA, y por lo que ya antes le
fuera dado -al rector- el título de: "El Restaurador", declaraciones
que lamentablemente distan mucho de la realidad que estudiantes,
administrativos, obreros y docentes vivimos y padecemos a diario.
Es así que lo que de seguida
exponemos, y que esperamos sea divulgado por la periodista Daxy Oropeza y hasta
llegue a considerar darnos la oportunidad para presentar la verdadera situación
de la UPTAMCA, resulta en la situación actual de esta casa de estudios y que
aquí destacamos, incluyendo imágenes con las que tópico expuesto.
A tales fines, además de las
imágenes que acompañan nuestra narrativa, tenemos en cuenta los dispuesto en la
referida IICCU, aunque con énfasis en el caso de los docentes, destacando que
tal situación es similar para nuestros compañeros administrativos y obreros,
quienes no pueden realizar sus labores a cabalidad, debido fundamentalmente, a
la falta de insumos y equipamiento debido.
Deseamos aclarar antes, que lo
que de seguida denunciamos, no lo tenemos como regocijo, sino que constituye en
una denuncia con la esperanza que se tomen las medidas correctivas necesarias
para recuperar la majestad institucional que en otrora era nuestra cotidianidad,
con lo cual se beneficiaría la comunidad universitaria y por ende los altos
Mirandinos.
En primera, destacamos el
contenido de la cláusula No. 47: Recursos
de apoyo a la gestión académica de la IICCU. En ella se acordó, dotar de
manera constante y oportuna de recursos tales como: "(…) equipos de
computación, papelería, marcadores, borradores, apoyo tecnológico, audiovisual,
de reproducción y acceso a internet." Cláusula que debe ser tenida en
concordancia con la No. 9: Sistema
informáticos para la gestión académica y administrativa de las instituciones de
educación universitaria, en la que se obligó el ministerio y con él, las
instituciones de educación universitaria, incluida la UPTAMCA, a la formación
de los docentes en el uso de las tecnologías de la información y comunicación,
amén de la actualización de la infraestructura tecnológica y la conectividad.
lo que dificultad hasta escribir en ellas y la escaza luminaria
en pasillos, áreas comunes, salones y sanitarios
Respecto de las áreas, la cláusula No. 26 impone la obligación al patrono, atendiendo lo atinente a la Ley Orgánica de Prevención Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (LOPCYMAT-2005) en disponer plazas adecuadas para que los trabajadores puedan hacer uso de espacios para el consumo de alimentos, instalaciones sanitarias adecuadas y de descanso, destacándose la situación por la que atravesamos quienes hacemos vida en la sede principal, que ni de cafetín disponemos luego del incendio de estas instalaciones en mayo de 2015.
Añadir leyenda |
Cuando se indaga sobre el
material bibliográfico, necesario para la actividad académica, hemos podido
conocer que no se ha recibido textos desde el año 2010, lo cual tributa, así
como las condiciones anteriores, a la merma en la calidad formativa y de
investigación. Aunado a lo anterior, ya
indicábamos la triste realidad de nuestras pizarras, único medio para facilitar
el proceso de enseñanza-aprendizaje, resulta más frágil cuando se aprecia el
deterioro de la luminaria, la falta de interruptores -suiches- de encendido y apagado
-nótese que son varios salones en estas
condiciones-, lo mismo que por la falta de toma corriente , asunto que lamentablemente
no es exclusivo de salones de clase, sino que ello ocurre en pasillos y baños,
que en ocasiones son usados los de caballeros por las chicas, dado que los
destinados para el uso de ellas, están totalmente a oscuras o inservibles.
Lo que aquí denunciamos, y que
es del conocimiento público, revela un franco deterioro de nuestra casa de
estudios y que se ha ido profundizando a pesar de haber denunciado y dado
tiempo más que suficiente para corregir tantas fallas. En el caso específico de
la sede principal, todos somos testigos del estado en que se encuentran las
escaleras de emergencia que presentan una semblanza corroída por el
óxido que cae en la cabeza de quienes andan en los niveles o pisos inferiores
cuando otros las usan en los superiores, estando permanentemente cerrada la
puerta de escape, lo que tributa hacia una desgracia en caso de un siniestro.
Lo antes indicado, se ve más
tenebroso cuando no se cuenta con ninguna manguera contra incendio, así como extintores, alarmas
y fallas -inservibles- las luces de emergencia , lo que desdice de nuestra
condición de universitarios, sobre todo cuando se cuenta con el programa de
formación referido a la Prevención y Salud en el Trabajo, no pudiendo aprobar
la más mínima evaluación de seguridad y que los bomberos de Miranda advirtieron
en ocasión del simulacro de terremoto realizado en el año 2016
Cuando nos dedicamos a
apreciar la fachada exterior, se evidencia un abandono casi total, pudiendo
observarse vidrio rotos en las ventanas, balcones sin ningún tipo de seguridad,
desgastes de las fachadas y hasta grandes colmenas de avispas o
similares en el piso ocho del edifico administrativo , justamente a un costado del
despacho del vicerrectorado territorial, instancia a quien la sede principal le
fuera encomendada para su mantenimiento.
Entre los pisos ocho y nueve
del edificio académico, en su fachada posterior se puede apreciar un follaje y
hasta alta vegetación, lo que da luces sobre los altos niveles de humedad.
Noten, que no hemos hecho
referencia a cláusulas contractuales referidas a la parte que contiene la No. 74
Vivienda para las trabajadoras y
trabajadores universitario, que tantos censos han requerido sin
fructificación alguna y la No. 75 respecto de la adquisición de vehículos y
otros enseres que no se han tenido en cuenta.
Estamos insistiendo en parte de la ecología
organizacional, ecología que ahuyenta la asistencia, permanencia y desarrollo
de actividades, llegando a conocer de la cantidad importante de compañeros que
se han ido -renunciado-, aunque son más los que desean irse, pues el clima de
trabajo no les resulta en nada atractivo, sobre todo y mucho cuando se aprecia
el énfasis en mecanismos de control -capta huella- y de vigilancia -cámaras- que
en nada sirve para al menos conocer quiénes han robado tan seguido nuestra casa
de estudios.
Aunado a lo anterior, la
seguridad extra muro se podría calificar como nula o inexistente, llegando a
registrarse robos masivos de celulares a chicas cuando salen en horas nocturnas,
aunque temprano, lo mismo que robo a mano armada de vehículos en la avenida
principal y hurto de partes de vehículos en el estacionamiento.
Sin embargo, esta triste
situación de empeoramiento de la calidad académica, se ve profundizada cuando
quienes habiendo cumplido con sus tiempos de servicio solicitan la debida
jubilación sin recibir respuesta oportuna de su derecho, asunto que ya pasa de
un año de trámite, ocurriendo similar situación a quienes solicitan, cumplido
los extremos legales, sus ascensos a categorías superiores que no pueden ser
atendidas y en consecuencia se retarda, dada la disposición del vicerrectorado
territorial de quitar los espacios empleados por la comisión respectiva
dependiente del vicerrectorado académico, de lo cual se desprende un claro y
abierto enfrentamiento entre los miembros del equipo rectoral que se ha
manifestado en diferentes momentos y ocasiones, todo lo cual enrarece aún más
el clima organizacional y la motivación de los equipos de trabajo.
En cuanto a los planes de
formación, estos se ven claramente permeados por condiciones político
partidistas, lo que a todas luces contraviene los principios universitarios y
sobre la generalidad del conocimiento que en las instituciones de educación
universitarias se debe propiciar.
Esta es parte de la realidad
que las autoridades de la UPTAMCA quieren tapar y declaran a los medios de
comunicación logros que realmente no poseen, por lo que nos toca denunciar: 1º
la realidad que vivimos y 2º la mentira mediática con la que desean ensalzar
una gestión que no es tal, cuando hasta resultan incapaces de cumplir las
tareas básicas como el pago puntual del salario, causando serios daños, sobre
todo al personal jubilado.
Esperamos que esta realidad
sea conocida por las autoridades del ministerio del poder popular para la
educación universitaria, ciencia y tecnología, para que de una vez por todas
proceda a prestar la atención que merece la primera institución universitaria
de los altos Mirandinos.
Conforme a todo lo anterior,
esta organización sindical ha convenido:
·
Divulgar el contenido de este escrito en la
comunidad universitaria de la UPTAMCA para que nuestros compañeros estudiantes
estén atentos a este estado de cosas, el tiempo de solicitarles a las organizaciones
sindicales amigas adherirse a este escrito, ahondando en su particular
realidad.
·
Hacer llegar a la periodista Deixy Oropeza, como
forma de desmentido de lo dicho en esta materia, en su programa Gente de Hoy, por
parte del Prof. Harold Albornoz Torrealba
·
Compartir en las redes sociales y de manera
específica por las cuentas oficiales del ministerio de educación universitaria
y todos los medios o cuentas disponibles.
Por la decencia
sindical y la defensa del trabajador universitario.
Ante todo, el
reconocimiento, la inclusión y el concepto de clase trabajadora
En realidad, las autoridades siempre se colocan una máscara para dar a entender a la comunidad que todo esta bien, que la universidad funciona sin problemas. Les cuesta reconocer sus errores y el estilo gerencial inepto que ha llevado a nuestro CULTCA (disculpen aún no me acostumbro a decir UPTAMCA) al estado de deterioro que se encuentra. No se puede concebir una Universidad en tales condiciones. cómo podemos abordar una comunidad para resolver sus problemas, si la institución no ha podido resolver los suyos. Cómo podemos hacer investigación, si no tenemos un espacio digno para trabajar, recursos materiales, tecnologicos!!Es muy dificil hacer docencia, investigación y extensión en una institución que no tiene condiciones para ser Universidad
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